viernes, 11 de marzo de 2011

Homilia: "¿Desde donde construimos?" Domingo IX del Tiempo Ordinario

Hace unos años salió una película con Ben Affleck (Gavin Banek) y Samuel Jackson (Doyle Gipson) que se llama “Fuera de control” en la cual ambos son los protagonistas, y la película comienza con ellos dos manejando un auto en la autopista en la cual tienen un accidente como muchas veces pasa. Sucede un accidente simple que no pasa nada muy grave, ambos se bajan un poco enojados y Doyle le pide que espere un minuto, que le de los datos del seguro, que le avise para que lo pueda ayudar, y este chico mas joven que estaba apurado se va, no le presta atención, le dice ‘mala suerte’ y desaparece. Va rápido hacia el juzgado, los dos tenían que ir al mismo lugar porque tenían que presentar unos papeles en un juicio muy importante en el que estaba cada uno. Pero oh casualidad el primero llega un poquito tarde, lo dispensan de eso, y cuando le dicen que presente los papeles no encuentra la carpeta, no esta y se da cuenta que la ha perdido en ese accidente. Por lo contrario el otro hombre que obviamente encuentra esa carpeta, el auto no le arranca, pierde un montón de tiempo, y cuando llega al juzgado a un juicio familiar que tenia, llega tarde y por lo tanto no le dejan declarar, no le prestan atención y pierde su posibilidad de pelear por su familia, en este caso por sus hijos. Y esto que comenzó con un simple accidente, como dice la película va ‘saliendo de control’ casi ‘ojo por ojo, diente por diente’ hasta un poco más, en la cual esto que nació mal pero se podría haber solucionado simplemente va perdiendo cada vez más y yéndose cada vez más de línea.

Esto que a veces de modo simple nos sucede a nosotros en la vida en la que a veces nos sentimos muy exigidos, estamos cansados por todo lo que se nos demanda y nos pasa que nos levantamos un poco de malhumor o con pocas ganas, y tenemos que tomar el colectivo y esta lleno, o pasa de largo y no nos frena, o tenemos que tomar el tren y no sabemos que pasa ese día, hay paro de trenes, y si vamos en auto nos encontramos con un piquete o nose, ustedes pueden pensar la alternativa que más les guste. Y a veces no es que comenzamos un poco de malhumor o si, pero vamos viendo como las cosas se van saliendo un poco de control, nos vamos poniendo mas de malhumor y ese malhumor se nos va dispersando, perdemos esa tolerancia o esa paciencia que creemos que tendríamos que tener y nos descargamos con todos. A veces nos sucede mucho en nuestras casas, que llegamos y tenemos poca tolerancia con nuestros padres, nuestros maridos o mujeres, o con los hijos, por todo lo que nos hemos sobrecargado. A veces en los trabajos en los cuales tampoco nos terminan de conformar, a veces porque no nos gustan y lo hacemos porque los tenemos que hacer, a veces porque nos sentimos sobre exigidos, sentimos que nos mandan de más y eso también nos pone de malhumor y es como que eso se va contagiando, cada vez esto toma una dimensión mayor. Y la pregunta que nos hacemos es ¿cómo podemos cambiar esto? Y no buscando una solución naif o fuera de contexto que no pasa nada, porque muchas cosas pasan y muchas quejas de las que tenemos son muy valederas, pero viendo cómo podemos vivir esto más sanamente, cómo podemos hacer que esto nos salga de control en nuestra vida y cómo podemos buscar un camino diferente. Porque muchas veces los caminos vienen casi como ‘malparidos’, como mal buscados desde el comienzo, a veces por buscar una solución más fácil, a veces porque es hoy lo que me gusta y prefiero hacer esto aunque se que en el fondo no es realmente bueno, a veces porque busco el camino más corto, tal vez buscando un ejemplo con una mentira: los más jóvenes porque quieren salir y más fácil es decir que voy a otro lado o a lo que fuera, los más grande porque qué va a pensar el otro si le digo esto en el trabajo, a mi mujer, a mi marido, a mis hijos, y en vez de trabajar desde la verdad vamos trabajando desde algo que es malo y que en el fondo nos termina también a nosotros haciendo mal y termina teniendo ‘patas cortas’.

Algo como dice tal vez la Primera Lectura: el pueblo salió de ser esclavo en Egipto, caminó durante todo el desierto con Dios. Y el pueblo esta por entrar a la Tierra Prometida: el regalo ya lo tienen, la tierra ya es de ellos pero en ese momento Moisés les dice: “Ustedes tienen una posibilidad acá, ustedes van a elegir cómo vivir ahí, y pueden vivir de acuerdo a la bendición que Dios les hizo que es siguiendo el camino que Él les invita, viviendo como Él los invita, o eligiendo otro camino que es una maldición que es apartándose de lo que Dios les ha invitado”. Y los dos caminos no terminan igual: uno va a terminar bendecido, el otro va a terminar maldecido.
O como nos dice Jesús en el Evangelio: “¿Desde dónde construimos?”, porque en el fondo todos sabemos lo que teníamos que hacer o lo que tendríamos que hacer, casi las respuestas las tenemos. En este caso en la película el que chocó sabe quién tiene que darle el seguro, que tiene que ayudarlo; uno sabe que tiene que decir la verdad, uno sabe que tiene que vivir según los valores, que tiene que ayudar al otro, que no se tiene que enojar, que tiene que tener más paciencia… Las recetas casi que las tenemos pero en el fondo es si estamos pensando en utilizarlas o no, y si queremos construir de acuerdo a eso. Y es lo que les dice Jesús en el Evangelio: “Ustedes me escucharon ya”. Este pedazo del Evangelio de Mateo es el más largo donde Jesús habla, desde las bienaventuranzas que escuchamos hace varias semanas, siguiendo escuchando a Jesús que ha dicho un montón de cosas, y termina hoy diciendo: “Todos ustedes me han escuchado, ahora tienen dos posibilidades: o lo llevan a la práctica o no. A mi me tocó hablar, a ustedes les toca vivirlo”. Y la diferencia es que uno construye sobre roca y el otro construye sobre arena. Y lo primero interesante es que ambos construyen. El problema no es que no se puede hacer algo desde la arena, se puede hacer, pero el problema va a ser justamente cuando vengan los momentos difíciles: cuando vengan los torrentes, cuando vengan las lluvias, cuando vengan los vientos. Y el otro caso va a pasar lo mismo. Lo curioso de esto es que Jesús nos dice que en la vida no va a ser diferente al que construya sobre arena y al que construya sobre roca, si no que lo que va a hacer diferente es el modo de vivirlo, lo que dice que va a ser diferente es tal vez el nivel de tolerancia que tendremos frente a ello, la manera en que podemos encarar los tiempos difíciles, los momentos duros cuando hemos construido de una manera distinta. Y tal vez nosotros podríamos pensar qué es lo que nosotros podríamos construir, qué es lo que nosotros podemos hacer para romper tal vez muchas veces con estos malos humores, con esta mala onda, con esto de pensar que nada puede cambiar, que es todo lo mismo, que no vale la pena, que lo único que se puede hacer es irse del país, no pensar en nada… Empezando por nuestra sociedad: muchas veces vemos que la cosa esta muy difícil, casi nos hemos distanciado los unos de los otros, pensamos que no hay solución y la pregunta es ¿qué estamos dispuestos a aportar nosotros? Ahora si nuestra solución es lavarnos las manos, o en posición de que esto no nos importa, entonces tampoco nos quejemos mucho porque es verdad que tal vez no fuimos los causantes pero tampoco buscamos soluciones.
Yo pensaba en este año que tenemos elecciones, que casi la palabra nos irrita a todos porque no tenemos ganas de votar, porque perdemos el día, no me puedo ir afuera porque me tengo que quedar acá, o si me tengo que ir afuera mejor porque no tengo que elegir, o veo entre los que tengo que elegir y nada me gusta, ¿pero queremos asumir esa responsabilidad o no? Con lo que hay, no tenemos otra opción. ¿Queremos ser responsables en eso o no? Y podríamos dar un paso más: ¿queremos comprometernos con eso o no? Podemos pensar que es muy pequeño, y es verdad que es muy pequeño, pero la pregunta es si nosotros queremos construir algo o si queremos que las cosas sigan así, o si queremos que sigamos construyendo como hemos hecho muchas veces con nuestro país sobre arena. Ahora las consecuencias ya las vemos todos, si queremos seguir haciendo un edificio cada vez mas alto esperando que todo se caiga, un día se va a caer…
La pregunta es si hoy queremos hacer algo distinto, si hoy todos queremos poner desde nuestro lado comprometiéndonos con lo que podamos o tal vez con algo más cercano o con nuestras familias. Muchas veces nos quejamos de lo que la sociedad dice, de lo que la televisión transmite, de la educación, de un montón de cosas, ¿pero desde donde queremos educar nosotros? En el rol que tenemos cada uno, no solo los padres, sino también los hijos, la familia grande, ¿cuáles son los valores entre los que queremos inventar? ¿de qué manera queremos construir nuestra familia? Para que cuando venga algún momento difícil podamos ver cómo lo podemos sobrellevar, de qué manera podemos sacar esto adelante…
Y también en lo distintos vínculos. Podríamos pensar tal vez es más común en la amistad. ¿De qué manera construimos nuestra amistad? ¿De qué manera estamos dispuestos a tolerar lo que sucede? Generalmente los que somos más grandes tenemos un poco más de experiencia, cuando uno es pequeño se le pregunta ‘¿tenés amigos?’ ‘si, un montón’ me dicen mis sobrinos, ‘¿quiénes son?’ ‘todos mis compañeros’, y después cuando uno es un poco más grande nombra a su mejor amigo o su mejor amiga y generalmente a varios más. Ahora cuando uno va creciendo (salvo que no haya profundizado en la amistad y diga que todos son sus amigos) y diga quiénes son sus amigos, los contamos generalmente con los dedos de la mano, donde las amistades han sobrevivido. Yo no soy amigo de todos mis compañeros de colegio, me encanta encontrármelos si puedo pero éramos 90, con algunos profundice e intente seguir caminando y se prolongó a pesar del tiempo, a pesar de nuestros humores, a pesar de nuestras elecciones que hemos hecho, a pesar de los malos momentos, y sobre ellos pude construir, sobre aquellos que me animé a descubrir cuáles eran los valores que teníamos y con los que quisimos hacer un proyecto en común…
En el resto de las áreas sucede lo mismo. En una familia, todos podemos construir una familia, ahora la familia que va a poder vivir y permanecer a lo largo del tiempo va a ser solamente aquella en donde yo quiera construir algo firme.
Lo mismo en una vocación: si yo no me pregunto qué es lo que quiero y no elijo desde esa convicción y voy para donde va el viento, eso en algún momento se va a caer, y elegiré una cosa y después otra. Realmente que es arduo y difícil. Muchas veces parece mucho más fácil tomar el camino corto, pero el camino corto no conduce a nada y no construye.

Eso es lo que nos dice Jesús: “Algún día se van a derrumbar”. Hoy la pregunta de Jesús es ¿sobre qué queremos edificar y qué queremos poner como cimiento? Y Él se nos ofrece como cimiento, también como comunidad. Como Iglesia también tenemos que aprender a edificar sobre Jesús, tenemos que aprender a descubrir qué es lo que verdaderamente se vive en el Evangelio y qué es lo que Él nos invita y cuáles son los verdaderos valores sobre los cuales Jesús nos invita a construir nuestra fe y nuestra vida.

Hoy Jesús nos dice que nosotros también lo hemos escuchado, y que lo escuchamos continuamente, y que esta en nosotros elegir de qué manera queremos caminar, de qué manera queremos edificar, de qué manera queremos construir.

Pidámosle a Jesús aquel que es nuestra roca firme, que nos animemos cada uno de nosotros a ponerlo a Él como cimiento y que nos animemos a construir nuestra vida sobre aquellos verdaderos valores que nos pueden dar vida.

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