miércoles, 31 de agosto de 2011

Jornada mundial de la Juventud 2011 (1ra parte)


“Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (San Pablo)

Del 15 al 21 de Agosto estaré participando de la JMJ en Madrid. Viajamos con un grupo de 180 jóvenes de la diócesis que sumado a los colegios hacen 500 jóvenes en total de esta zona. Invitados por el papa nos reuniremos a celebrar la fe bajo el lema “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (San Pablo).

Todavía recuerdo la primera vez que participe de una Jornada mundial en 2005, en Colonia, Alemania, donde con el padre Pancho Peña íbamos con la inquietud de que será esto… Y buscamos preparar a los chicos/as haciéndoles saber que no era un viaje turístico sino una peregrinación. Hoy es mi tercera JMJ (participé en el 2008 en Sídney, Australia), y puedo decir que es una experiencia muy fuerte de Iglesia, de encuentro con otros jóvenes que comparten una misma fe y buscan a Dios como nosotros.

Muchas veces nuestra experiencia de Iglesia pasa por la catequesis de los colegios o por ir a misa los domingos pero cuando a eso le sumamos una fuerte experiencia de fe, sea en confirmación, algún retiro, pascua joven, etc.; la manera de descubrir a Dios es totalmente diferente. En este caso sucede lo mismo. Vamos a visitar Roma, asís, hacer un par de días del camino de Santiago, visitar el santuario de Fátima para terminar participando en la JMJ. Y en esa tan linda peregrinación que iremos haciendo vamos a ir descubriendo como todo nos habla Dios. Pasar por lugares como las catacumbas donde murieron tantos mártires, visitar las basílicas de San Juan de Letrán o San Pedro; ver la tumba de San Francisco, el cuerpo incorrupto de Santa Clara, caminar hacia Santiago de Compostela como lo hacen tantos peregrinos; celebrar misa en todos estos lugares van abriendo la mente y el corazón. Y lo más importante nos ayudan a valorar las verdaderas cosas de la vida. En primer lugar sentirnos privilegiados y agradecidos por tener la posibilidad de vivir esta experiencia. Segundo, descubrir que se puede disfrutar y ser feliz con otros códigos o formas de la que muchas veces se nos presentan. Los días del viaje son exigentes, nos levantamos temprano, no se sale solo, ni de noche, nos tenemos que respetar, cuidar la forma de hablar y lo que decimos, y ayudarnos los unos a los otros. No es un viaje de turismo (aunque conocemos muy lindos lugares), no es un viaje de egresados o de diversión (aunque nos divertimos mucho), ni un viaje que planeo yo y hago lo que quiero sino que tengo que adaptarme a lo que esta planeado y a los tiempo de todos. Sin embargo es una experiencia tan fuerte que marca el corazón.

Creo que hoy en la juventud hay una gran sed de Dios y eventos masivos, retiros o experiencias fuertes de oración, caridad o misión, nos ayudan a vivir una fe más sincera y profunda.

El próximo mes les contaré que es lo que se hace en la JMJ, como están divididos los días y en octubre les transmitiré lo que me dejo esta nueva experiencia.

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