martes, 7 de julio de 2009

Homilía: "Jairo y la hemorroísa"

Hace unos años salió una serie que se llamaba “Band of Brothers” que hicieron Tom Hanks con Steven Spielberg y que muestra la historia en la segunda guerra mundial de la compañía Easy; de la cual va mostrando, lo que van viviendo a lo largo de la guerra distintos personajes. Y en uno de los capítulos muestran que algunos soldados estaban asombrados del valor y valentía de uno de los tenientes, que era Ronald Speirs. Y se preguntaban cómo puede ser que esta persona haga todas estas cosas, mientras los demás estaban metidos en la trinchera, rezándole a Dios y a todos los Santos para que no les pasara nada. Entonces, en uno de los momentos que justo el teniente pasa por la trinchera de uno de estos hombres, este soldado le pregunta: “¿Cómo te animas a hacer todo aquello que estas haciendo?” Y Ronald le responde: “porque yo ya me considero que estoy muerto”. Bueno, yo pensaba, como mas allá de esta frase tan fuerte, como considerar que ya murió es lo que le permite justamente tener el valor de hacer todo lo que hace. Y esto es posible porque ya sabe hacia donde va su vida; ya asumió lo que le puede llegar a pasar; ya se dio cuenta, por mas que le tenga valor a la vida, que la puede perder en cualquier momento. Y esto le da valor para animarse a jugársela en momentos tan duros y tan difíciles.

Y pensaba como también nosotros cuando le encontramos un sentido a las cosas, nos animamos a obrar de otra manera. Muchas veces cuando hablamos nos cuesta expresarnos por ciertos miedos, nos cuesta decir cosas porque no nos animamos, nos cuesta jugárnosla porque no sabemos lo que va a pasar. Pero cuando encontramos el sentido que le da a mi vida, algo de lo que estoy haciendo, ahí me animo a enfrentarlo de una manera diferente. Ahí me animo a hacer cosas que muchas veces de otra manera no me hubiera animado, o que antes no hubiera empezado.

Miremos esto contemplando la imagen de Jesús en estos últimos evangelios que hemos leído. Como ustedes se acuerdan el domingo pasado los discípulos querían cruzar el lago (a pedido de Jesús) y se larga esta tempestad donde viene la lluvia , vientos, y todos ese temporal. Y mientras los discípulos no saben para donde correr (no tienen mucho lugar en la barca), Jesús dormía plácidamente. Jesús estaba tranquilo y calmo. Y es en ese momento que los discípulos van y lo despiertan. También hoy escuchamos que Jesús estaba rodeado de una multitud, cuando se acerca una persona y le pide que vaya a curar a la hija. Que después se le acercan otras personas que lo van apretando de un lado y del otro. Sin embargo se da cuenta de todo lo que esta pasando. Es decir, a pesar de todo el alboroto exterior, Jesús mantiene la calma en el corazón, esta tranquilo. Y la gran pregunta es, como puede mantener esa calma y esa tranquilidad? A nosotros nos pasa que muchas veces, cuando las cosas están difíciles, duras, cuando las cosas se complicaron, lo primero que hacemos es desesperarnos sin saber para donde ir. Y si alguien en medio de ese momento difícil mantiene la calma casi que lo queremos sopapear. Como diciendo “¡¡Despertate!! ¿Qué es lo que te esta pasando?” Sin embargo Jesús no es que muestra una pasividad, que seria el problema. Muestra una tranquilidad en los momentos difíciles y esa tranquilidad es la que le permite actuar. Y porque puede estar tranquilo. Porque Jesús ya descubrió que es lo que quiere, cual es el sentido de su vida, eso le permite caminar de una manera distinta. Y aun en los momentos difíciles sabe hacia donde ir. Y aun en los momentos donde una muchedumbre lo esta apretando puede darse cuenta de lo que esta pasando, saber lo que ocurre en el corazón de cada uno de los que están ahí Y esto es lo que pasa. Cuando Jesús esta caminando a cuidar a esta niña, la hija de Jairo, sucede este milagro que todos escuchamos. Y cuando Jesús pregunta quien me todo, le dicen, pero bueno Jesús estamos por todos lados....; pero a pesar de eso Jesús se da cuenta que algo diferente esta pasando.

Podríamos preguntarnos ¿Por qué estaba toda esa gente ahí? Tal vez algunos porque Jesús era muy famoso y querían conocerlo; tal vez, otros, porque habian escuchado que iba a curar a alguien y querian verlo; tal vez, como los discipulos, que no entienden mucho quien es este Jesús, que se vienen preguntando quien es, porque quieren seguir apostando por él. Pero tambien hay gente que fue por algo diferente, necesitando algo en es momento de Jesús. Y ahi tenemos a esta mujer que va a tocar a Jesús de una manera distinta. Y eso es lo que él descubre. A pesar de estar rodeado de muchos tiene el tiempo para encontrarse con alguien. Va y busca con la mirada aquella que la busco de una manera diferente. Y creo que esta es una gran virtud, junto con la calma que él mantiene. A pesar de estar con mucha gente Jesús tiene tiempo para cada uno, para aquel que lo necesita.

Y pensaba en nosotros en este mundo tan urbano, en esta iglesia tan grande con tanta gente, en grupos tan grandes de jovenes, en la masividad que muchas veces hoy nos gusta tanto, de los actos, de las lugares a donde vamos... Nos damos tiempo para el encuentro con el otro, o nos perdemos en la multitud. En nuestras familias, cuando tenemos encuentros, sentimos que no podemos estar con nadie porque habia muchas personas o nos damos el tiempo en el corazón para encontrarnos con aquellos que queremos. Y esta es una tension que muchas veces vivimos. Bueno, Jesús busca la manera y la forma de vivir y de resolver esta tensión de estar con todos pero también de estar con aquel que lo necesita. Y es por eso que Jesús se sigue moviendo y sigue yendo hacia el lugar donde lo necesitan. Y lo importante ahora en el otro pasa a ser qu l movilizó a ese encuentro con Jesús En Jairo y en la hemorroisa es la necesidad de algo de Jesús. De algo que Jesús tiene y q ellos buscan, pero también es la confianza. La confianza que esa persona le pueden dar aquello que necesita. Y ambos le piden algo a Jesús La hemorroisa es tocarlo, y Jairo es que le imponga las manos a su hija, que la toca.

El tocar a Jesús hace algo distinto en mi vida. Bueno, nosotros no podemos tocar a Jesús de la misma manera que lo hicieron los discípulos o estas personas. Ahora, nuestra vida toco la vida de Jesús Es más, Dios toco nuestras vidas. Y por eso estamos acá. Supongo que en cada uno de los que esta acá, me incluyo, esta porque de una manera diferente Dios actúo en su vida. Dios nos toco y eso nos movilizo, eso nos puso en camino, eso nos acerco a él. Como lo hizo con los discípulos. Como lo hizo con esas personas. Ahora en el camino hay que ir purificando las motivaciones, hay que ir descubriendo quien es este Jesús, hay que redescubrir porque yo quiero estar con él. Esto es lo que le va a pasar a Jairo. En el camino le van a decir que su hija murió, y Jesús le va a pedir una sola cosa: basta que creas.

Jesús va a ayudarlo a Jairo a hacer camino. Lo mismo hizo con los discípulos el domingo pasado: “porque no creen ustedes”. En el camino con Jesús tenemos que ir profundizando, y nuestra fe tiene que ir creciendo. Jesús día a día nos va a ir pidiendo de alguna manera que caminemos con el. La única manera de animarnos a crecer es caminar con Jesús. Habrá momentos en que entenderemos, habrá momentos en que no. Pero es ponernos en camino con este Jesús que nos invita a tener una historia con él. Sabiendo que es él el que puede trasformarnos. Por un lado curar nuestras heridas, como hizo con esta mujer. Y hay distintas heridas. Cada uno de nosotros tendrá distintas. Tal vez cosas que nos pasaron. Tal vez cosas que nos hicieron o palabras que nos dijeron; tal vez rencores que nos quedan en el corazón, personas que no podemos perdonar, cosas que no nos animamos a hacer. Podemos pedirle a Dios que cure esas heridas. Tal vez cosas que no nos perdonamos, por cosas que dijimos, por cosas que hicimos, también podemos pedirle a Dios tanbien que cure esas heridas. El es el que puede sanar los corazones, el es el que puede traer algo nuevo.

O tal vez necesitamos levantarnos. No estamos muertos todavía, gracias a Dios, como esta niña. Pero si Dios tiene que levantar algo en nosotros: el ánimo, la convicción, ayudarnos a caminar de nuevo, decirnos: “yo te lo ordeno, levántate, anímate, lucha de nuevo”. Cuantas veces en la vida con muchas cosas que nos pasan tendemos a bajar los brazos. Cuantas veces nos parece que nada puede cambiar, que no vale la pena seguir luchando. Hoy Jesús nos dice a nosotros al corazón: "levantate, volve a apostar, animate". Y esto es porque Jesús siempre busca una cosa: “la vida”. Y lo único que nos puede dar vida es animarnos a caminar, es lucharla, eso es lo que quiere Dios para nosotros.

Eso es lo que dicen las 3 lecturas. El libro de la sabiduría Dios quiere la vida nos hizo incorruptibles. La segunda lectura hagan una colecta, junten para que todos tengan vida, para que todos puedan vivir decentemente, para que todos puedan compartir el evangelio. Los dos signos de Jesús del evangelio nos muestran vida.

Bueno, en que nosotros necesitamos vida hoy. Pidámosle a este Jesús que toco nuestras vidas, que sane nuestros corazones, que nos cure, que nos levante, que el nos salve como hizo con estas personas; para que así, salvados, caminando con él, podamos también anunciarlo a los demás.

(Domingo XIII durante el año, lecturas: Sab 1,13-15; 2, 23-2; Sl 29, 2Cor 8, 7-9.13-15, Mc 5, 21-43)

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